A pesar de que Rey Brea mantuvo una relación epistolar con algunos interesados en los OVNIs que surgieron en la Galicia de finales de los sesenta, ninguno de aquellos nombres tendría una repercusión especial en la historia de la ufología Española. Tendremos que esperar hasta la década de los setenta para encontrar nuevos nombres relevantes en la ufología nacional, herederos del gallego Oscar Rey.
El Centro de Investigación del Fenómeno OVNI (CIFO), liderado en Vigo por Angel Carracelas y José Manuel Lago; o el Centro de Estudios Paracientíficos, fundado en La Coruña por Constantino Rábade hacia 1974, suponen la línea sucesoria de la ufología gallega “institucional”. En 1977 se crea, también en Vigo, el Centro de Investigaciones Psicobiogísicas que, liderado por Javier Akerman, amplía su campo de estudio a otras anomalías, como la parapsicología, hipnosis, criptozoología, etc.
A principios de los años 80 un grupo de jóvenes coruñeses entusiastas recogimos el relevo, fundando en 1983 el Grupo FÉNIX. Por este grupo desfilarían algunos nombres que dejarían sus aportaciones en la ufología española, como Carlos Fernández o Roberto Mirás. Y en este mismo grupo, ya en los noventa, recibiríamos una nueva hornada de excelentes ufólogos gallegos, como Miguel Pedrero, José María Lesta o Alex Navarro, entre otros. A esos nombres, que ya formarán parte para siempre de la historia de la ufología española, debemos añadir los de otros paisanos insignes que, por razones personales o profesionales, han realizado sus aportes a esta joven disciplina desde otros puntos del mundo como Salvador Freixedo, Bruno Cardeñosa, Jose Antonio Silva, etc. No sería justo enunciar una historia de la ufología, referenciada en Galicia, sin mencionar sus nombres.
Todos nosotros, como el resto de los ufólogos fuera de Galicia, debíamos contentarnos con divulgar nuestras investigaciones a través de modestas publicaciones editadas por nuestros propios grupos de investigación durante los años setenta, ochenta y noventa. Así, la bibliografía especializada sobre OVNIs en el noroeste español está limitada a las revistas, gacetas y fanzines publicados por CIFO, CIP o FÉNIX. Pese a su humildad editorial, nadie duda ya que boletines como CIPNO (Circular Paracientífica del Noroeste) o El Ojo Crítico, han realizado valiosas aportaciones a la ufología nacional, e incluso internacional, como demuestra el que algunos de nuestros ejemplares haya sido elogiados y referenciados en publicaciones tan prestigiosas como la italiana Giornale dei Misteri; la francesa Phenómena, la estadounidense FATE, etc.
Pero volvamos de nuevo atrás. Porque la ufología gallega de los años 90 y del nuevo milenio, ha de convivir con otro sector de interesados en los OVNIs, con un enfoque diferente al de los investigadores. Me refiero, naturalmente, a los movimientos de contacto y a las sectas de culto a los extraterrestres.
Por alguna caprichosa cabriola del destino, no solo el estudio científico del fenómeno OVNI en España nació en Galicia, sino que también los primeros grupos de supuestos “contactos con extraterrestres” -esto es, el aspecto devocional de la ufología-, entraron en España a través de Galicia. Al menos los más influyentes de esos grupos, ya que en Vigo, hacia 1974/75 y de la mano de Fernando Magdalena y Giulianna Mouriño, se funda la primera delegación española del Centro de Estudio Fraternidad Cósmica; que traducía los opúsculos de Eugenio Siragusa, distribuyéndolos desde Vigo para todo España. Este colectivo influyó definitivamente en la visión popular de la ufología en Galicia, a través de sus programas de radio, entrevistas en prensa, circulares, etc. No en vano Eugenio Siragusa ha sido, y continua siendo, una punto de referencia para los grupos de contacto extraterrestre en todo el planeta. Así que tal vez sería conveniente que nos parásemos un instante a conocer al responsable de que los cultos OVNI, tal y como los conocemos hoy, llegasen a España, a través de Galicia...