Los antiguos chinos, eminentes astrónomos, matemáticos y científicos, recogieron en algunos de sus textos y leyendas relatos sobre extraños navíos y carros voladores a lo largo y ancho de todo el país. Según estas fuentes ya existían aeronaves tripuladas en la China de hace 4000 años, que fueron observadas por numerosos testigos.
"Un día que estaba lloviendo sin parar Lü Yu advirtió dos navíos que estaban bogando sobre las nubes encrespadas por encima de las ruinas, delante de su casa. Sobre estos navíos, que medían más de diez brazos, se movían unos hombres de dos brazos de largo, que portaban cada uno un gorro rojo y vestimentas multicolores. Todos llevaban una pértiga en la mano. Los navíos se desplazaban muy rápidamente. Se hallaban aquel día en casa del maestro una decena de letrados que, alertados por Lü Yu, salieron de la casa y acudieron a él para observar el fenómeno.
Los hombres de vestimentas multicolores pasaron entonces su mano sobre la boca de los letrados, sus bocas se volvieron inmediatamente negras y ninguno de los letrados pudo hablar. En ese momento vieron un hombre escoltado como un mandarín, con atuendos como un letrado retirado, que surgió sobre uno de los navíos acompañado de un bonzo. Bastante tiempo después los navíos se alejaron como impulsados por las nubes y volvieron a descender a un kilómetro de allí en un cementerio. Una vez se alejaron los navíos los letrados notaron que sus bocas volvían a la normalidad. Pero cinco días después Lü Yu murió sin saberse porqué...".
Este insólito relato no recoge un avistamiento OVNI contemporáneo, sino un episodio acaecido en la China de 1523 d.C. recopilado por el importante dramaturgo de la dinastía Ming Quiu Fozou en su "Relatos en el pabellón de las flores". ¿A que extraños navíos voladores puede referirse el cronista?
Episodios similares han sido recopilados por numerosos historiadores y escritores chinos. Sin ir más lejos otro célebre poeta de la dinastía Ming, Quian Yong describía en su "Relatos en el Jardín" un extraño fenómeno ocurrido en otoño de 1368:
"En mi país se cuenta a menudo que antes del alba, un día, hacia el final del otoño, cuando madura el arroz, el viento se alzó sobre una espesa niebla que cubría el campo. se destacaron dos o tres dragones que volaban dentro de esta niebla, no poseyendo cabeza ni cola. Repentinamente desaparecieron con la niebla...".
Poco antes, en febrero de 1355 el cronista Tao Zhongyi recogía en su "Notas de la vida campestre" un extraño avistamiento protagonizado por el mismo autor durante el reinado del emperador Yuan Shum, en la villa de Pingyiang, actual Sozhou. Según el texto, al anochecer Zhongyi pudo ver una enorme "nube" negra, en la que se movían aparentemente hombres y caballos. La "nube" (acaso nave), que se movía rápidamente y zigzagueaba, estaba precedida de innumerables llamas grandes como linternas. Tan bajo había sido el vuelo del objeto que arrancó las tejas de los techos de varias viviendas del pueblo.
Evidentemente muchos autores han relacionado, inevitablemente, estos extraños fenómenos celestes con la supuesta visita de seres extraterrestres a la China del pasado. Sin embargo, esas descripciones de "navíos", "hombres y caballos" en medio de extrañas "nubes", son en opinión de otros autores demasiado terrestres. La respuesta a este enigma quizás se encuentre en las leyendas sobre los antiguos chi-kung, un legendario pueblo de la China antigua que se creía poseía la capacidad de volar. Según la leyenda los chi-kung poseían entraños artefactos, los "fei-chi" ( de fei, que significa volar, y chi, que equivale a máquina), que han quedado reflejados en dibujos de la época que dejan poco lugar a dudas. En los grabados de la época, realizados en la temprana Edad Media, aparecen extraños "carros voladores" sobre las nubes, dotados de una especie de ruedas que recuerdan a hélices o engranajes mecánicos.
Según la leyenda, que se remonta 4000 años en el pasado:
"Los chi-kung son un pueblo de grandes conocimientos. Saben cosas que a otros pueblos les quedan vedadas. a bordo de grandes vehículos cruzan los aires a la velocidad del viento. Cuando el emperador T'ang gobernaba el mundo (en el año 1756 a. JC.), un viento de poniente trajo estos vehículos hasta Yüchow (acutal Honán), donde aterrizaron. T'ang mandó desmontar los vehículos y ocultarlos en los almacenes. Con demasiada facilidad el pueblo creía en cosas sobrenaturales, pero el emperador no quiso que sus súbditos se intranquilizaran. Los visitantes permanecieron diez años. Entonces volvieron a montar sus vehículos, cargaron los presentes del emperador y emprendieron viaje con un fuerte viento del este. Llegaron bien a la tierra de chi-kung, a 40.000 li más allá de la Puerta de Jade. Pero nada más se sabe de ellos."
En otro texto antiguo sobre tan extraño tecnología aeronáutica en la China antigua se dice textualmente:
"El país de los chi-kung: antiguamente los hombres hicieron un vehículos volador con el que, impulsados siempre por el viento, podían viajar con facilidad previa introducción de un líquido muy caliente. Utilizaron el viento de poniente hasta Yüchow donde enseñaron el vehículo al pueblo. Después de repostar de nuevo un líquido muy caliente volvieron al vehículo y abandonaron el país con viento del Este de 10 li junto a la Puerta de Poniente, para viajar muchas millas."
Por su parte el autor Zhao Xigu relata en su obra "Observaciones del Cielo" como durante la dinastía Song (entre el 960 y el 1279 d.JC.) hubo un gran "barco celeste" fabricado por un tal Yan Sun, que tenía cincuenta pies de longitud, resonaba como el hierro y resistía la podredumbre. El barco se elevaba en el cielo volando, para regresar a tierra después...
Realmente la leyenda sobre los chi-kung se repite en casi todas las tradiciones antiguas, donde se cita un pueblo especialmente desarrollado tecnológicamente, que solo de cuando en vez establecía contacto directo con los "terrícolas normales". De las misma forma que la literatura védica describe con detalle los vimanas, los carros y navíos voladores de los textos chinos podrían ser los responsables de numerosos avistamientos de fenómenos celestes insólitos recogidos por los eruditos, astrónomos y literatos chinos. Pero ¿de donde vino esa tecnología, y que ha ocurrido con ella...?