Cómplices de delincuentes, instrumento para atemorizar al criminal, o justificación para una confesión, hasta aquí la colaboración que pueden prestar videntes y médiums a la policía es evidente pero ¿hay algo más? ¿Podrían ser los videntes útiles en los grandes casos criminales, o en la lucha antiterrorista?
La respuesta es que algunos de los policías, criminalistas e incluso agentes de inteligencia más famosos de España, y del mundo, opinan que si.
En una publicación tan poco sospechosa como el Anuario de Derecho y Ciencias Penales, de 1948, el Profesor de Psicología Antonio Alvarez de Linera ya publica un fascinante y erudito artículo titulado: “Lo parapsicológico en la investigación criminal”, donde enumera diferentes casos en los que médiums, psíquicos y videntes colaboraron con la policía de la época. Desde la página 263 a la 272 de dicho anuario, Alvarez defiende la tesis de que algunos sujetos especialmente sensibles pueden aportar informaciones útiles a la investigación policial, a través de la radiestesia, hipnosis, sueños lúcidos, telepatía, etc. Y por si eso no fuese bastante, en la revista oficial de la Guardia Civil se han publicado varios artículos sobre parapsicología y fenómenos psíquicos. Y ello se debe a que muchos miembros de la benemérita, siempre de forma extraoficial, están abiertos a la posibilidad de utilizar psíquicos en la investigación criminal e incluso en la lucha antiterrorista.
El 27 de junio de 1995 el Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) secuestró a Publio Cordón. Sólo en este caso más de 70 videntes se pusieron en contacto con la Guardia Civil pretendiendo aportar algo sobre el paradero del industrial secuestrado por GRAPO. Según nos confiesan fuentes de la Guardia Civil algunas de las pistas facilitadas por esos videntes fueron contratadas, pero sin ningún resultado concluyente.
Juan Salvador, vidente barcelonés que en varias ocasiones a ofrecido sus servicios en la jefatura de policía de la Vía Layetana, utiliza diferentes sistemas de percepción extrasensorial, según el caso. Aunque suele comenzar pasando el péndulo sobre la foto del objetivo “porque la foto emite unas energías que son recogidas por el péndulo”, y después pasa este sobre un mapa. De esta manera, y según afirma, ha colaborado en varias operaciones contraterroristas.
En 1992 el comando itinerante de ETA que lideraba José Luis Urrusolo Sistiaga había asesinado a dos suboficiales a pocos metros del cuartel del Bruc. Un agente de los servicios de información, de forma extraoficial, habría contactado con Juan Salvador solicitándole una opinión. Usando una foto de Urrusolo Sistiaga y otra de su compañera Idoia Lopez Riaño “la tigresa”, Salvador los localizó “en una zona por la pare alta de la ciudad. Se lo dije por teléfono a ese contacto y cuando fue ya había llegado la policía también, por lo que supuse que había habido una filtración. Pero los dos terrorista habían tenido una vivienda allí en la que aun quedaban restos, y ya habían escapado cuando llego la policía”.
Por sorprendente que parezca no es la primera vez que un psíquico se presta a colaborar con la policía y la Guardia Civil en una operación contra ETA o el GRAPO. Ya en los años 70 el jesuita y radiestesista José María Pilón colaboró en dos operaciones policiales, una en la búsqueda de Antonio Oriol y Urquijo y el General Villaescusa, secuestrados por GRAPO; y otra un año después, en el secuestro de Javier Ybarra a manos de ETA. En esta ocasión varios efectivos de la Guardia Civil fueron puestos a disposición del sacerdote, siguiendo la pista psíquica del secuestrado por ETA por los montes de Euskadi.
Probablemente, y a pesar de la credibilidad de psíquicos como José María Pilón, hasta a mi me resultaría difícil creer historias como esta de no ser porque me fueron confirmadas por una fuente muy cercana a los servicios secretos y a la lucha contraterrorista en España. Y es que el excoronel Juan Alberto Perote, exjefe de los agentes operativos del servicio secreto español, no sólo me confirmó que en casos excepcionales se había acudido a psíquicos, en casos difíciles que tenían como objeto a ETA, sino que él mismo tuvo la misión de buscar algún psíquico que pudiese colaborar en la búsqueda de Emiliano Revilla, una de las víctimas que más tiempo paso en manos de la banda terrorista. Incluso visitó la Sociedad Española de Parapsicología en busca de asesoría en este sentido.
El uso de videntes contra terroristas no es un invento del CESID ni de la policía española. El coronel Robert Ressler, el agente del FBI que acuño el término “asesino en serie”, y que inspiro el personaje del Agente Mulder en “Expediente X”, fue testigo de excepción de una premonición que la vidente Noreen Renier hizo, durante una visita de la famosa psíquica norteamericana a la sede del FBI. Según declaro Ressler: “La mujer llegó a Quantico a comienzos de 1981, y en su conferencia nos dijo que ella no podía controlar sus poderes, que a veces daba en el blanco y a veces no. Delante de un grupo de policías, aquel día, Renier predijo que tendría lugar un intento de asesinato del presidente Reagan antes de que terminara el mes. Dijo que el presidente recibiría un disparo en la parte izquierda del pecho, que no moriría, que se recuperaría, obtendría grandes muestras de simpatía, y su carrera seguiría con asuntos más importantes” Resulta increíble, pero lo cierto es que, a los pocos días de esa visita a la sede del FBI, la profecía emitida por Noreen Renier ante numerosos agentes federales, se cumplió y Ronald Reagan sufrió el atentado que casi le costó la vida. Según nos confirmó personalmente Robert Ressler, a partir de aquella ocasión el agente del FBI más famoso del mundo, no tiene pudor en consultar a videntes, tanto en casos criminales como antiterroristas.
El FBI, y otras agencias de inteligencia, han desarrollado programas para intentar potenciar esas capacidades extrasensoriales en sujetos sensitivos. Y en algunos casos, como el terrible accidente del vuelo 800 de TWA, en 1996, todo un jefe de división del Bureau, como James Kallstrom, declaró sin pudor que el FBI usaría videntes en la compleja búsqueda de los 230 ocupantes fallecidos.
En España el hipnólogo Ricard Bru, conocido por programas de televisión en los que destacaba tanto su audiencia como su fivolidad (como “Hip, Hip, Hipnosis” en Tele5), intentó experimentar de forma práctica las teorías de la “visión remota” desarrolladas por el FBI. Según me describió, visiblemente entusiasmado, tras reunirme con él en Barcelona, durante meses realizó periódicamente sesiones de hipnosis a sujetos supuestamente sensitivos, para intentar reconstruir un crimen sin resolver ocurrido tres años antes en Villafranca del Penedés que, según afirma, pudo llegar a reconstruir con detalle. Sin embargo no nos consta que se haya producido ninguna detención tras sus experimentos. Al menos por ahora…
