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viernes, 5 de julio de 2019

FRAUDES Y CONFUSIONES EN LAS FILMACIONES OVNI



Con demasiada frecuencia los ufólogos esgrimen filmaciones en vídeo de objetos volantes no identificados como si se tratase de una evidencia irrefutable del fenómeno. Sin duda las filmaciones en vídeo aportan elementos de juicio de un extraordinario valor a la hora de enjuiciar un incidente OVNI, sin embargo, con demasiada frecuencia, la premura en divulgar la información sobre un determinado incidente, hace que los periodistas ufológicos (que no ufólogos) se precipiten a la hora de sentenciar la naturaleza de un determinado vídeo OVNI, para justificar un titular sensacionalista. 

Un excelente ejemplo de esa manipulación sensacionalista de los videos OVNIs, divulgados comercialmente sin ningún análisis previo lo suponen los programa televisivos del periodista mexicano Jaime Maussan. Sin duda su trabajo de divulgación a contribuido a popularizar, como nunca en la historia de México, el fenómeno OVNI entre la masa, sin embargo tenemos razones para sospechar que una alto porcentaje de los vídeos incluidos en su serie “Los Vigilantes” son filmaciones de objetos convencionales, e incluso, fraudes. 

Cuando, a principios de los años 90 Maussan comenzó la emisión indiscriminada de vídeos ovni en la televisión mexicana, pudimos observar un interesante efecto de interactuación con el fenómeno. Es decir, el número de filmaciones ovni que se obtenían en México era directamente proporcional al número de programas sobre ovnis que realizaba Maussan en Galavisión. Lo que, por otro lado, hacía que Maussan tuviese material videográfico para realizar nuevos programas, y así sucesivamente. En los últimos años Jaime Maussan a difundido a través de su programa televisivo una cantidad insólita de filmaciones OVNI. Podemos afirmar que centenares. No entraremos ahora a enjuiciar los notables programas monográficos que ha dedicado al Area-51, los avistamientos de astronautas, el Caso Meier, etc. Asuntos que merecerían una reflexión especial cada uno de ellos, y que, aunque pueda disentir del planteamiento de algunos de ellos, o cuestionar la fiabilidad de dichos temas, sin duda gracias a Maussan hemos podido acceder a informaciones y testimonios históricos, que como tales son en si mismo interesantes. Pero eso no tampoco evita que algunos de esos vídeos, no solo sean confusiones con objetos convencionales, sino incluso auténticos fraudes. 

El investigador afincado en New York Manuel Fernández se propuso evaluar la credibilidad de los vídeos emitidos por Maussan enviándole, de forma anónima, un vídeo fraudulento. Para ello se hizo con un simple globo infantil, de los recubiertos con papel plateado refractante, y simplemente lo grabó a cierta distancia sin aproximar excesivamente el zoom de la cámara para que no se apreciase el cordón que colgaba en la parte inferior del “OVNI”. Realizó además algunos enfoques y desenfoques intencionados, y algunos movimientos bruscos con la cámara para aparentar nerviosismo. Mas tarde copió en una segunda cinta las imágenes en las que no se apreciase el momento en que era soltado por su cómplice el globo y su particular movimiento ascendente. Y envió la película a Maussan. Pocas semanas después pudo visionar su vídeo fraudulento, incluido entre otras muchas filmaciones de supuestos OVNIs, en el programa de la televisión Mexicana. Cualquier investigador aficionado con un mínimo de interés, y un simple ordenador PC habría podido tratar la imagen y ampliarla para identificar que se trataba de un simpático globo infantil. 

El problema, a mi juicio, tampoco estriba en que Maussan haya divulgado sin ningún análisis previo, centenares de vídeos ovni. Esto es completamente lícito, en tanto ha obsequiado a los investigadores gran cantidad de “materia prima ufológica” para posteriores análisis de los estudiosos. Sin duda, si no hubiese sido por Maussan y su programa de “Los Vigilantes” en la actualidad no conoceríamos numerosos casos de gran interés ufológico acontecidos en México durante esta década. Sin embargo, no es menos cierto que tampoco se habrían alentado las psicosis alienígenas que, el pasado 31 de octubre aterrorizaron a los habitantes de la población mexicana de Jojutla (Estado de Morelos) cuando la emisora radiofónica Xeart repitió el legendario experimento de Orson Wells al emitir la fábula de una invasión alienígena basada en la novela de H. G. Wells “La Guerra de los Mundos”. Estoy convencido de que Jaime Maussan ha contribuido con sus vídeos OVNI a que la población mexicana esté más dispuesta a asimilar la noticia de una invasión extraterrestre como algo creíble. Creo que es una excelente invitación a la reflexión. 

El tratamiento periodístico de los vídeos OVNI, por supuesto, no se limita a México. Sería absurdo pretender que los medios de comunicación se abstengan de utilizar comercialmente algo tan atractivo para el público como supuestas “filmaciones en vídeo de naves alienígenas”, ya que, explícita o implícitamente así es como se presentan estas imágenes que, en realidad, no son más la captación en vídeo de objetos –fundamentalmente luces- de origen desconocido para el observador, captados en un determinado momento. 

Entre 1996 y 1997, por ejemplo, sólo en Galicia fueron obtenidas más de una docena de filmaciones OVNI durante la famosa “oleada”. Mas de una docena, que hayan llegado a nuestros archivos, claro. Sin duda han sido muchas más. Sin embargo jamás en toda la historia de la ufología gallega se había obtenido tal cantidad de imágenes OVNI en tan corto lapso de tiempo. Sin duda en Galicia, como en México, la habitual presencia de noticias, programas y reportajes sobre la oleada, emitidos en todas las cadenas de televisión local, regional y nacional, propició que muchos videoaficionados saliesen cada noche a los montes, armados con su cámara, en busca de la anhelada pieza ufológica que inmortalizar en el vídeo. Eso, repito, no es necesariamente malo. Sin embargo no es menos cierto que, tras un mínimo análisis crítico, la mayor parte de esas filmaciones se nos antojaban excesivamente “sospechosas”. Sin duda la expectativa creada en los mismos medios de comunicación –como en el caso de México- favorecía la excesiva flexibilidad de criterio a la hora de admitir imágenes de supuestos OVNIs e incluso, me atrevo a deducir que algunas de esas filmaciones fueron conscientemente falseadas por profesionales de televisión, llevados por la demanda periodística de ese tipo de “noticia”. 

Pondré un ejemplo. Sin duda, tras las filmaciones realizadas por el Sr. D. Bartolomé Vázquez en As Pontes (La Coruña), que ya han dado la vuelta al mundo, las imágenes OVNI grabadas durante la “oleada gallega” más famosas fueron las tomadas por la Televisión Local Terra de Lemos, en Monforte (Lugo). Existen dos filmaciones tomadas, en días diferentes, por los cámaras de esta cadena de televisión. Las primeras imágenes se obtuvieron cuando unos vecinos de la villa telefonearon a la cadena, interrumpiendo un programa en directo, para notificar la presencia de un objeto luminoso de origen desconocido en el cielo. Inmediatamente un operador de cámara acudió al lugar del avistamiento obteniendo una imágenes, lejanas pero no por ello carentes de interés, del OVNI. La imágenes fueron emitidas inmediatamente en el informativo local, y más tarde fueron reemitidas para todo el país a través del programa “Esta Noche Cruzamos el Mississippi” de la cadena Tele-5. Pocos días después, y tras la expectativa creada en todo el pueblo por la visita de los No Identificados, se produjo una nueva filmación. En esta ocasión no fue una la llamada recibida en la redacción de la Televisión Local de Monforte para interrumpir un programa magazine alertando de la presencia ovni, si no que fueron más de un centenar. Según nos confesaba Dª Pilar Varela, directora de la cadena, las centralitas fueron colapsadas por las llamadas de docenas de vecino que aseguraban ver aquellas luces extrañas. Nuevamente un cámara, cuyo nombre omitiré, salió a la calle con intención de grabar aquel objeto. Regreso a la cadena un par de horas más tarde con la cinta, que fue inmediatamente emitida. En esta ocasión en las pantallas de televisión se observaba un objeto de muchísimo mayor tamaño (aparentemente), de un color azulado, con forma de esfera pero con dos muescas muy nítidas hacia el interior. Esa imagen fue emitida también por Pepe Navarro, adornándola con calificativos harto generosos: ¡espectacular imagen! ¡una nave de gran tamaño! ¡observen, observen esta nave desconocida de grandes dimensiones que sobrevoló Monforte...! 

Poco tiempo antes y poco tiempo después se obtuvieron imágenes casi idénticas en Canarias, Zaragoza, Cáceres, etc. En la mayoría de ellas aparecía una imagen de forma muy similar en los objetos filmados. Al menos en algún momento de la cinta. Sin embargo, la primera manipulación estriba en la selección de imágenes, ya que ningún medio emitió íntegramente las filmaciones, sino tan solo los segundos en los que el objeto aparece ocupando mayor espacio en la pantalla. Como tantas veces se identifica erróneamente tamaño con calidad... 

Si Tele-5 o cualquier otro canal hubiese emitido íntegramente esos vídeos (cosa evidentemente utópica ya que el tiempo en televisión es muy limitado) los tele espectadores observarían en la pantalla una serie de movimientos erráticos de la cámara hasta que localiza el objeto que, contra todo pronóstico, es muy pequeño, casi tanto como una estrella de primera magnitud. A continuación observaría una serie de acercamientos y alejamientos con el zoom de la cámara que hace el videoaficionado. Continuos enfoques y desenfoques alteran la apariencia del objeto que, en unos frames determinados, adquiere tal deformación por el efecto del desenfoque, que parece crecer de tamaño. Eso fue lo que ocurrió en la segunda filmación de Monforte. El objeto grabado por el cámara es un punto de luz blanco de escaso tamaño, sin embargo, durante uno de los acercamientos del zoom, con el consiguiente desenfoque inherente a esa operación, hasta que el objetivo de la cámara vuelve a hacer foco en el objeto a filmar, la imagen se deforma hasta el extremo de crecer desproporcionadamente, produciendo además otro fenómeno habitual en estos desenfoque videográficos, la aparición de esas muescas características a ambos lados de la imagen, que en realidad son debidos a un efecto óptico dentro de la lente del objetivo. 

Esa filmación, y esto es lo que quisiera transmitir con estas reflexiones, sería absolutamente lícita de haber sido realizada por un vídeo amateur. En ese caso se trataría, al menos esta es mi deducción, de un error de grabación debido sin duda al nerviosismo del momento. Cientos de personas excitadas habían tomado las calles de Monforte y señalaban con nerviosismo al cielo, y el cámara, que a través del visor apenas puede distinguir aquel punto luminoso en el cielo, manipula el zoom ganando aumentos y restándolos, en un intento de capturar la imagen. Es comprensible que esa operación de cómo resultado en la cinta videográfica una sucesión de desenfoques y deformaciones de imagen que, una vez visionadas, sorprenda sinceramente hasta al autor de la grabación, que no tiene porque conocer el comportamiento interno de una cámara de vídeo.

Pero no era el caso. El autor de ese segundo vídeo es un operador de cámara profesional. El, y yo, sabemos que aquella noche un objeto (tal vez Venus, o tal vez un OVNI genuino) desató la histeria en Monforte. El salió a la calle porque su misión, como profesional del periodismo televisivo, era capturar la imagen de un ovni, y lo hizo. Sin embargo, en ningún momento declaro que aquella forma tan llamativa, que inundó las pantallas de televisión de todo el país, era un conocido fenómeno óptico que no tenía nada que ver con la apariencia real del objeto observado visualmente en Monforte. Y, a mi juicio, este matiz hace merecedor del calificativo de fraude a esta filmación, en tanto es fruto de una manipulación consciente de una imagen. 

Algunas de esas filmaciones, más que dudosas, sin embargo, ya se han hecho un sitio en la historia ufológica reciente, siendo objeto de “estudios” comparativos con otras filmaciones similares (a mi juicio también manipuladas), y convirtiéndose en una ilustración repetida ya en diferentes artículos, noticias y reportajes. Imágenes que, a mi juicio, han sido objeto de un tratamiento tan sensacionalista y abusivo, como el que ejercía Pepe Navarro al calificar de “nave de gran tamaño” lo filmado en Monforte de Lemos. 

Pondré un objeto. En su número 7 (año II) la revista Enigmas destacaba, nada menos que en portada, y bajo el habitual reclamo de “Exclusiva Mundial” un frame de una filmación tomada en Trujillo (Cáceres). Bajo el titular “Gran OVNI filmado en Cáceres” y desde la portada –lo que en si mismo demuestra la presunta importancia que los responsables de la revista daban a este documento- la imagen de un objeto circular y azulado reclamaba la atención de los consumidores desde los kioscos de toda España. La filmación había sido obtenida el 6 de mayo, e incluso fue requerida por funcionarios del Ministerio de Defensa ante su supuesta espectacularidad. Pocas semanas después de publicarse la noticia, y ante mi insistente requerimiento, los responsables de la sección “Enigmas de Actualidad” tuvieron la amabilidad de facilitarme una copia integra de dicha filmación para ser sometida a un análisis. La cinta prestada, junto con un vídeo en que ofrecía mis conclusiones a los periodistas de Enigmas, les era remitida de vuelta días después. Según las pruebas realizadas por el abajo firmante, la filmación de Trujillo presentaba todas las características de una filmación de un objeto astronómico, probablemente Venus, con los característicos efectos de desenfoque, corrimiento hacia el azul, y deformación de la imagen (incluyendo la mencionada muesca en la derecha de la imagen). En el vídeo que acompañaba mis conclusiones, reproducía una imagen idéntica a la de la filmación de Trujillo, obtenida grabando en condiciones similares a las descritas por los testigos, el planeta Venus. Lo que yo observaba a simple vista, un punto de luz blanco en el cielo, era transformado por la óptica de la cámara, tras algunos manipular aleatoriamente el zoom, en un gran objeto de color azul, de “gran tamaño”, y aparente movimiento. 

No entraré a enjuiciar los calificativos con que se pretendía describir el objeto filmado en Trujillo: “Gigantesco OVNI”, “con forma de platillo”, etc, con los que ya en mis conclusiones me mostraba en absoluto desacuerdo. Entiendo que la función de los periodistas en ofertar un producto comercialmente atractivo. Al fin y al cabo, y amparando a los responsables de esa noticia en su presunción de inocencia, cuando publicaron en portada la imagen del “OVNI de Trujillo”, ni yo, ni ningún otro investigador, le había facilitado una imagen idéntica a la del vídeo, obtenida al grabar el planeta Venus en condiciones similares a las de los testigos. Sin embargo, y aún después de serles entregado mi informe videográfico (por supuesto realizado de forma absolutamente gratuita) no solo se ignoró sistemáticamente la existencia de esa evidencia en contra de la naturaleza OVNI de la filmación de Trujillo, sino que se continuó citando dicha imagen en números sucesivos de la revista, reproduciendo la imagen de Trujillo como si se tratase de un auténtico vídeo OVNI. Opinión que, por razones obvias, no comparto. 

Creo que el caso del vídeo de Trujillo también es un ejemplo excelente de la utilización periodística de las filmaciones OVNI, y una nueva invitación a la reflexión sobre la forma de sesgar la información que pueda contrariar un titular llamativo, que se da en el periodismo ufológico. Como dijo alguien, refiriéndose a la ética periodística; “entre un buen titular y la verdad, siempre el buen titular...”. 

Afortunadamente los vídeos OVNI no siempre llegan a la prensa antes que a los analistas. Gracias a eso, algunas filmaciones de “No Identificados” que habrían podido ser difundidos como “gigantescos OVNIs”, “espectaculares naves”, etc, son divulgados como lo que en realidad son; una simpática anécdota de la “psicología de la percepción” humana. 

Un nuevo ejemplo. La filmación en cuestión muestra un objeto evidentemente tridimensional y aparentemente fusiforme que, a plena luz del día, atraviesa el cielo alicantino. Los testigos, André y Yermani Grangler, un matrimonio de turistas franceses, fueron encuestados por el investigador Pedro Amorós (Presidente de la SEIP). Según relataron, ambos se encontraban en la urbanización “Valle del Sol” de Alicante, cuando a las 21:30 tanto ellos, como todos sus vecinos, observaron un objeto oscuro que por momentos reflejaba la luz del sol y que se movía muy lentamente en el cielo de Norte a Sudeste. No había viento en la zona, ni tampoco instalaciones aeronáuticas cercanas que pudiesen identificar el objeto como un avión o helicóptero convencionales. Tal y como recoge la filmación, en algunos momento el OVNI giraba sobre si mismo, presentando extrañas protuberancias en su forma que, a pesar del zoom de la cámara, no se aprecian con nitidez. 

Pedro Amorós sometió la filmación a diferentes análisis informáticos, filtrando y procesando la imagen hasta conseguir ganar nitidez en los contornos del OVNI que, para sorpresa de todos los implicados en el caso, resulto ser un globo infantil con forma de osito. La moraleja de este caso es que los sofisticados programas informáticos que actualmente están a disposición del usuario de cualquier ordenador PC, están ofreciendo a los investigadores de eso que llamamos Fenómeno OVNI extraordinarias herramientas de trabajo que cada vez hacen más difícil el trucaje de estas imágenes. En otras palabras, cada vez es más fácil descubrir que filmaciones OVNI son o no genuinas, suponiendo que realmente se quiera averiguar eso, o se prefiera, simplemente, disponer de un llamativo titular periodístico. 





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