Esto es lo que debieron suponer los Servicios de Inteligencia norteamericanos porque ellos, y no el Espíritu Santo, eran los responsables de que la Virgen se apareciese en Cuba.
En abril de 1982, y en una ejemplar operación de guerra psicológica un submarino norteamericano se situó en la entrada de la bahía de La Habana y proyectó una imagen holográfica de la Virgen desde el mar. Poco después repitieron la operación, pero en la había de Marinel. Entre muchos de los testigos se produjo un auténtico shock emocional. Un policía que presenció la aparición desde el malecón desenfundó su pistola y abrió fuego contra la Virgen sin que, por supuesto, el holograma que se estaba proyectando desde el submarino yanki, acusase los disparos. El desafortunado agente tuvo que ser internado en un hospital y recibir tratamiento psiquiátrico. El miedo es un arma poderosa.
Otro de los testigos, un submarinista que se encontraba buceando en la zona de la aparición, tuvo que ser ingresado con carácter de urgencia sin conocimiento. Cada vez que se le intentaba reanimar abría los ojos desmesuradamente, como si estuviese viendo una visión, y volvía a desmayarse. Ante la insólita luminosidad que surgía del mar las baterías y cañones de la costa fueron alertados, y los vigilantes de las fortalezas costeras, como El Morro, se convirtieron también en anonadados testigos de la aparición. Algunos llegaron a abrir fuego contra ella víctimas del pánico y el desconcierto que una aparición de la Santa Virgen María puede producir en un país ateo. Ajena al desconcierto, y desestabilización política que producía, “la Virgen” se hundía en el agua y volvía a aparecer poco después... Quien sabe, tal vez fue tal la repercusión emocional de aquel experimento militar americano, que produjo reacciones psíquicas, (o parapsíquicas incontroladas). O tal vez la devoción popular relacionó todo tipo de fenómenos extraños con la insólita aparición, ya que en diferentes puntos de la isla he podido recoger testimonios sobre extraños fenómenos que se produjeron durante la aparición de la Virgen de Regla en La Habana, claro que mis interlocutores ignoraban que aquella aparición en realidad era un experimento militar norteamericano para desestabilizar el régimen de Castro.
Por ejemplo, en la villa colonial de Trinidad, unos 350 kilómetros al sur de La Habana, se encuentra la Casa-Templo Madre de Agua, donde la mitología de los nativos se fusiona con la santería afrocubana, el cristianismo y el espiritismo europeo. Ismael Bravo, propietario y descubridor de dicha Casa-Templo era un agnóstico convencido hasta que comenzó a protagonizar una serie de trances en los que el espíritu de un viejo esclavo negro se apropiaba de sus conciencia. Siempre según su relato, el espíritu le reveló un lugar en que se encontraba enterrado un “tesoro espiritual”. Al excavar en ese lugar Ismael Bravo encontró una “nganga” (caldero ritual del Palo Mayombe) y toda una serie de atributos de poder relacionados con el culto a Yemayá, la Virgen de Regla. Y a partir de ese instante consagró la casa como templo a Yemaya. No es de extrañar que la aparición de La Habana afectase especialmente a este santero devoto de La Virgen de Regla.
Según nos narraba, cuando la Virgen se apareció en el norte, extraños fenómenos se produjeron en toda la ciudad. “Había un olor extraño en el aire, y el suelo de todas las casas empezó a echar humo. Además había unas extrañas manchas de humedad en las paredes. Era una manifestación de Yemayá...”.
Sin embargo la espectacular aparición no era más que una de las argucias de guerra psicológica utilizadas por los Servicios Secretos americanos para mermar la moral castrista durante las tensiones de la guerra fría. La Ley de Libertad de Información americana posibilitó que, a principios del año 1998, el gobierno desclasificase varios informes sobre operaciones de guerra psicológica y paranormal desarrolladas por la CIA en Cuba, durante las tensiones de los bloques soviético y americano. Y lo revelado en esos documentos, del departamento de inteligencia militar, resulta sobrecogedor. Y no recordaré el chiste fácil de Groucho Marx sobre los antónimos “militar” e “inteligencia”...
En 1961 el general Lansdale, que estaba la mando de las operaciones encubiertas del Departamento de Defensa americano, llamó la atención del presidente Kennedy debido a la eficacia que tenían sus operaciones encubiertas. Esto hizo que le encomendara personalmente el desarrollo de una guerra psicológica contra Cuba, dentro de una de las tramas secretas más importantes jamás ideadas por funcionarios americanos y que, bajo la dirección del general G. Craig, se denominó con el nombre en clave de Operación Mongoose.
El 2 de febrero e 1962 en una reunión secreta de políticos y directivos de la CIA, el Pentágono y el Departamento de Defensa y Estado americano se decidió comenzar la guerra secreta contra Cuba con 12 operaciones negras, no reconocidas abiertamente a los contribuyentes americanos. Se pretendía “provocar ,acosar o destruir el gobierno revolucionario cubano”, entre otras, con las siguientes operaciones:
· Operación Free Ride: Crear malestar en la sociedad cubana mediante la emisión periódica desde aviones de la CIA de billetes de líneas aéreas americanas (KLM y la Pan American) con destinos diversos (Méjico, Caracas, etc.), donde se encontrarían grupos anticastristas, pero nunca hacia ciudades estadounidenses.
· Operación Turn About: Convencer al servicio de inteligencia cubano y, finalmente, a Castro de que su carisma como revolucionario había decaído y que existía un plan sangriento dentro del gobierno para derrocarlo.
· Operación Break-Up: Introducir clandestinamente materiales corrosivos en barcos, aviones y vehículos cedidos por la Unión Soviética para provocar accidentes, lo que aumentaría la falta de confianza en el material cedido y afectaría seriamente a la capacidad de combate.
· Operación Dirty Trick: La CIA pretendía culpar al gobierno de Castro del fallo de uno de los vuelos espaciales del Proyecto Mercury mediante la colocación diversas piezas de fabricación cubana en el cohete espacial, que previamente habían saboteado sin conocimiento de la NASA (Agencia Espacial Americana).
· Operación Bingo: Crear un ataque simulado a la base americana de Guantánamo en territorio cubano, lo que daría lugar a una excusa para el uso de la fuerza militar americana y de este modo derrocar a Fidel Castro.
· Operación Good Times: Desilusionar a la población cubana mediante la distribución de material pornográfico mostrando a Castro con mujeres extranjeras en una sala con todo tipo de comida importada. Este material se distribuiría en La Habana mediante folletos que mostrarían la foto con la frase “mi comida es diferente”.
En ese contexto de guerra psicológica, y como uno de tantos proyectos destinados a desestabilizar a la opinión publica cubana, enfrentando al pueblo contra el Comandante, la CIA llegó a la conclusión de que la aparición de la Virgen en los cielos de un país comunista y ateo, era la mejor forma de crear la confusión ideológica y el caos en Cuba...