Términos como Proyecto Aurora, aviones invisibles Sthealt, Roswell, Proyecto Filadelfia, etc, frecuentan los libros de ufología de todo el mundo. Si cualquier lector entra en la página web de la CIA y escribe en su buscador interno la palabra UFO descubrirá como la madre de todas las agencias de espionaje reconoce con desfachatez como durante años ocultó tras la pantalla OVNI los vuelos experimentales y operativos de sus primeros aviones espía, como el Black Bird, etc. Pero ¿pueden ocurrir cosas así en España?
En la misma base aérea de León, a donde nos llevó la pista del SIVA mientras investigábamos la oleada gallega, se está desarrollando en estos momentos un nuevo programa experimental, el proyecto SANCHO. Desde hace más de un año algunos de los técnicos del INTA que participaron en el proyecto SIVA desarrollan un nuevo ingenio de observación desde los cielos: el Sistema Aerostático de Navegación, Comunicaciones y Herramientas de Observación. Se trata de dirigibles estratosféricos de 250 metros de longitud, que pueden ser colocados a 20 kilómetros de altura para desarrollar su labor de vigilancia. En estos momentos, y según nuestras fuentes, en la Base Aérea de La Virgen del Camino se está trabajando con un prototipo de 21 metros de longitud, que los técnicos esperan que en 2008 pueda ser operativo a 4000 metros de altitud…
¿Comenzaremos a recibir los ufólogos reportes de OVNIs tipo “nave nodriza” en los cielos leoneses en los próximos meses?
Naturalmente la historia del Proyecto SANCHO no viene de ahora. Si rastreamos el Boletín Oficial del Estado podemos encontrar referencias a este nuevo sistema desde por lo menos hace cinco años. Cuando el Secretario de la Mesa de Contratación del INTA firmaba la adjudicación de un “Dirigible teleoperado” (no se explica más en el BOE), a la contratista Lindstrand España S. L., por un importe e 263.320,00 pesetas, el 25 de noviembre de 2002.
Aerostatos híbridos, blancos aéreos, misiles ilegales, helicópteros no tripulados…
Existen tantos objetos volantes de tecnología militar, sin necesidad de que sean sofisticados prototipos experimentales, que la lista sería interminable. Limitar el debate a si los OVNIs son prototipos secretos o no, es absurdo, ya que, además de las aeronaves experimentales, hay otras muchas actividades en los cielos españoles que son materia reservada. Y en todos los caso, la pantalla OVNI resulta un disfraz discreto y prudente para salvaguardar dichos secretos.
En varias ocasiones, como ocurrió en marzo de 1990 o en noviembre de 1993, pruebas balísticas francesas y portuguesas respectivamente, originaron una serie de avistamientos OVNI en Cataluña y Galicia, que merecerán un análisis más detallado. El asunto podría haber merecido una actuación diplomática, de haberse tomado como lo que fue, una ingerencia militar extranjera en espacio aéreo español, pero al favorecer que los testigos, que no sabían identificar los objetos volantes que veían, hablasen de OVNIs, minimizó la gravedad política de tales incidentes. Pero es que además de misiles, hay otras muchas más cosas.
Solo en el año 2006 la armada, el INTA y el ejército compraron diferentes tipos de blancos aéreos para prácticas de combate en España. El INTA, en el mes de enero, blancos aéreros Alba-Sorab; la armada, en los meses de marzo y agosto, aviones blanco scrab a control remoto, y el ejército, en agosto, aviones blanco de ambos tipos.
Otra cosa serían, los incidentes OVNI generados por una operación de los servicios secretos. Por ejemplo, hace pocas semanas quien esto escribe se reunía durante varias horas con el exdirector general de la Guardia Civil, Luis Roldán, quien recordaba la operación del CESID para capturarlo y repatriarlo desde Lagos.
El 27 de febrero de 1995, Luis Roldán fue detenido por la policía española en el área de tránsito del aeropuerto de Bangkok, presumiblemente entregado por las autoridades laosianas. Un día más tarde, después de viajar a Madrid vía Roma, fue puesto a disposición de la juez Ana Ferrer quien decretó su ingreso en prisión.
Para el transporte de Roldán se utilizaron dos aviones de la fuerza aérea española, pero con un mismo plan de vuelo, así, mientras uno de los aviones (el cebo para posibles agencias de inteligencia extranjeras) realizaba otro viaje de señuelo, el que realmente trasladaba a Madrid a Roldán, realizaba el trayecto de forma “fantasma”. Al existir solo un plan de vuelo para ambos aviones está claro que en varios momentos una aeronave desconocida y sin plan de vuelo, fue detectada en todos los radares primarios sin que nadie supiese identificarla… y eso, nos guste o no, es un OVNI.
Los investigadores quizás deberíamos abrir la mente a nuevas posibilidades. Eso que llamamos fenómeno OVNI quizás es un laberinto aún más complejo y enrevesado de lo que suponemos. Aunque, por supuesto, existen más cosas en los cielos que secretos militares…
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