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jueves, 18 de julio de 2019

DJINNS Y EXÉGESIS CORANICA


El sagrado Corán se refiere en varias de sus suras (capítulos), sobretodo en la 72 (escrita no mas tarde de los dos últimos años de estancia de Mahoma en La Meca), a estas enigmáticas criaturas dotadas de extraordinarios poderes. Sin embargo, llegados a este punto, es de justicia reconocer que, como ocurre en el caso del cristianismo; una cosa son las creencias del pueblo, y otra los eruditos estudios exegéticos de los islamistas. Y de igual manera que la exégesis bíblica plantea los milagros relatados en la Biblia, así como las criaturas angélicas, y hasta la resurrección de Jesús, desde un escéptica interpretación histórica, lo mismo ocurre con los exegetas musulmanes en relación a los Yinns.

En la Sura 72, por ejemplo, se usa el sustantivo plural yinn (traducido frecuentemente como “seres invisibles”), pero el Corán alude a los yinn con diversas connotaciones. En unos pocos casos – como en el presente y en 46:29-32— este término podría significar “seres hasta entonces invisibles”, o sea, en opinión de algunos islamistas, no seres sobrenaturales sino extranjeros nunca antes vistos por la gente entre la cual, y a quienes, estaba siendo revelado el Corán. En otras palabras, Yinn podrían ser los seguidores de la fe mosaica, que llegaban por primera vez a las tierras de Mahoma. En el texto coránico se destaca también significativamente (en el versículo 3 del presente sura) su rechazo de la idea cristiana de la Trinidad. Todo esto nos lleva a la conclusión de que pudieran haber sido judíos de zonas apartadas dentro de lo que es hoy el mundo árabe, quizá de Siria o de Mesopotamia. (Tabari menciona en varios lugares que los yinn mencionados en este sura y en 46:29 ss. procedían de Nasibin, una ciudad en la cuenca alta del Éufrates.)

Para el estudioso Muhammad Asad, por su parte: “si queremos comprender el significado del término yinn en el Corán, debemos apartar de nuestras mentes el sentido que recibe en el folclore de Arabia, donde, desde tiempos remotos, ha significado toda suerte de "demonios" en el sentido más popular de esta palabra. Esta imagen folclórica ha oscurecido en gran medida la connotación original del término y su altamente significativa –casi reveladora— derivación verbal. La raíz verbal es yanna, "él [o "ello"] ocultó" o "cubrió de oscuridad": cf. 6:76, que habla de Abraham "cuando la noche le cubrió con su oscuridad (yanna aalaihi)". Dado que este verbo se emplea también como intransitivo ("él [o "ello] quedó [o "fue"] ocultado", "sumido en la oscuridad"), todos los filólogos clásicos señalan que al-yinn significa una "intensa [o "desconcertante"] oscuridad" y, en sentido más general, "lo que está oculto a los sentidos [del hombre]", cosas, seres o fuerzas que normalmente no pueden ser percibidas por el hombre pero que tienen, sin embargo, realidad objetiva propia, concreta o abstracta. El Corán declara parabólicamente que los yinn fueron creados de "el fuego de los vientos abrasadores" (nar as-samún), en (15:27), o de "una confusa llama de fuego" (maarich min nar, en 55:15), o simplemente "de fuego" (7:12 y 38:76, referido en ambos casos a Iblís, el Ángel Caído). Paralelamente a esto, contamos con referencias acerca de que el Profeta dijo que los ángeles habían sido "creados de luz" (juliqat min nur: Muslim, transmitido de A’isha) –y la luz y el fuego, por estar íntimamente relacionados, suelen manifestarse uno a través y dentro del otro (cf. nota 7 al versículo 8 del sura 27). “

Yinn se aplica también a una amplia gama de fenómenos que, según la mayoría de los comentaristas clásicos, apuntan a ciertos organismos sensibles de naturaleza tan fina y composición fisiológica tan distinta a la nuestra que son normalmente inaccesibles a nuestra percepción sensorial. El Corán se refiere a menudo a "la esfera que está fuera del alcance de la percepción humana" (al-gaib), y se dice con frecuencia de Dios que es el "Sustentador de todos los mundos" (rabb al-aalamin): y el uso del plural apunta claramente a que paralelamente al "mundo" accesible a nuestra observación existen otros "mundos" y, por consiguiente, otras formas de vida distintas a las nuestras y presumiblemente también entre sí, y que sin embargo interaccionan y hasta quizás se combinan entre sí en formas incomprensibles para nosotros.

En este sentido Abdullah Bartoll se ha ocupado de las alusiones a otros mundos a que hace referencia el Corán repetidamente: “Hay dos concepciones sobre los múltiples universos, el de la física moderna –cuántica– y la islámica de Ibn ´Arabi, el más grande pensador del islam...”. Ibn ´Arabi, en su libro “Kitab al-Futûhât al-makkiyya” dice: " Abd Al-lâh Ibn ´Abbâs aludía a algo semejante según lo que se cuenta de él : Esa Kaaba es una morada entre otras catorce moradas. En cada una de las siete Tierras hay una criatura semejante a nosotros (nuestro homólogo), de tal modo que en cada una de las siete Tierras hay un Ibn ´Abbâs que es mi homólogo."

Vemos claramente como Abbâs (contemporáneo y amigo del Profeta Muhammad) sostiene la idea de que existen otros universos con versiones de nosotros mismos, y con otras formas de vida no humana. Ya dice el Corán: "Gloria a Allah, el Señor de los Mundos.", y más adelante: "Bendito sea el que hizo descender el Corán sobre su siervo, a fin de que fuera un profeta para los mundos" (Corán, 25, 1).





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