En España, autores como Gabriel Carrión o Salvador Freixedo han realizado feroces críticas contra el movimiento new age y su pseudoespiritualidad característica. En obras como El lado oscuro de María, de Carrión, o Los hijos de la nueva era, de Freixedo, se plantean duros argumentos contra la hipocresía espiritual de los abundantes traficantes de ilusiones. Sin embargo, justo es reconocer que existen esperanzadoras excepciones.
Roser Castellví es una conocida contactada por ovnis. Durante años, permaneció estrechamente vinculada al movimiento Rama. Como otros muchos contactados, Roser predicaba la llegada de la nueva era en la que los guías extraterrestres tomarían contacto con los humanos para iniciar la era de Acuario en paz y armonía. Pero un buen día se dio cuenta de que sus repetidos discursos y entrevistas no hacían absolutamente nada para construir esa era y decidió pasar a la acción. Ella fue uno de los motores principales del comité local de Ayuda en Acción en Burgos. Con el paso del tiempo, fue apartándose de los mítines y discursos pseudoespirituales para centrarse en numerosas obras sociales.
Algo similar le ocurrió a Javier D. (su humildad me impide que revele su apellido). Él comenzó a interesarse por el fenómeno ovni dentro de la Misión Rama y el Centro de Estudios para la Fraternidad Cósmica. Durante años, fue uno de los miembros más activos de ambas asociaciones en Galicia. Como todo contactado, recibía psicografías, mensajes telepáticos y comunicados oníricos que le hablaban del amor, la comprensión, la caridad, etc.
Javier invertía su tiempo en pasar noches enteras escrutando los cielos en busca de una señal que corroborara sus mensajes, y almacenaba carpetas y carpetas con los comunicados psicográficos, algunos de ellos de gran importancia para los movimientos contactistas en España. Por fin, un día decidió que ya había emborronado suficientes cuartillas con los mismos mensajes redundantes de siempre. Era hora de pasar a materializar esos mensajes. En la actualidad, él y su grupo han fundado un albergue refugio para toxicómanos, vagabundos y marginados sociales.
Estos son los verdaderos constructores de la nueva era.
Son solo dos ejemplos. Lo siento, pero no conozco más. Aun así, me parecen lo suficientemente gráficos como para ilustrar el concepto de constructor de la nueva era.
Los sueños y esperanzas de un mundo mejor y la fascinación del conocimiento de lo oculto, intoxicados por el sistema consumista que nos ha tocado vivir, han terminado por prostituir definitivamente el concepto de new age. Lo que nació como un utópico intento de construir una sociedad alternativa al margen del «sistema» ha terminado siendo fagocitado por él. Y ahora, ese mismo «sistema» nos ofrece música de la nueva era, ropa de la nueva era, religiones de la nueva era… Y todo ello convertido en lucrativo negocio. Lo que parece demostrar que la espiritualidad es cosa de ricos.
Mientras los gurús de Acuario realizan sus asanas y meditaciones, mientras proclaman sus trascendentales discursos y dictan sus akáshicas, holísticas y etéricas homilías, miles de niños mueren de hambre, centenares de ancianos viven en soledad, millones de toxicómanos sufren monos e infinidad de marginados duermen en los metros de todo el mundo. Tal vez ellos no tienen derecho a existir en esta nueva era, dirigida aparentemente a burgueses occidentales que comulguen con el sincretismo esotérico teosófico.
El padre Carlos María de Heredia, en su clásica obra Los fraudes espiritistas, utilizaba irónicamente el concepto de lompo. El lompo es un tipo de pez que tiene constantemente la boca abierta, por lo que traga todo lo que se le pone por delante.
De no reaccionar ante la inercia, esperando a que los extraterrestres, la Hermandad Blanca, la Jerarquía Espiritual o los Guías Astrales solucionen nuestros problemas, y no comencemos a construir por nosotros mismos ese futuro, la era de Acuario será, como «los otros acuarios», un recipiente lleno de lompos, merluzos y besugos que, cegados por las estrellas, no aciertan a ver la triste realidad que los rodea.