Son muchos los esoteristas contemporáneos que apelan a este concepto para intentar explicar determinados fenómenos como la reencarnación, la retrocognición, etc.
Según esta creencia, inspirada en el hinduismo, los "Registros Akáshicos" almacenan todas las experiencias vividas por toda la humanidad a lo largo de su historia. Pero tradicionalmente los "Archivos (o Registros) Akáshicos" son mucho más que eso.
Por otro lado, recientes descubrimientos científicos podría avalar esta ancestral creencia.
A finales de 1875 se constituía la "Sociedad Teosófica". Su pilar fundamental, la conocida ocultista Elena Petrovna Hahn, sería la responsable de que muchas creencias tradicionales de oriente se fundiesen con el esoterismo occidental en un momento histórico extraordinario.
Elena Petrovna Hahn se convertiría posteriormente en Elena Petrovna Blavatsky, nombre con el que pasaría a la historia, tras heredar el apellido de su esposo, el General Nicéforo Blavatsky, con quien se casaría a los dieciséis años.
Mme. Blavastsky, y otros viajeros occidentales que visitaron la India, Tibet, etc, trayéndose a occidente conceptos religiosos hinduistas y budistas, como reencarnación, chakras, kundalini, o akáshicos, son en buena medida responsables de la concepción esotérica que se acepta popularmente en nuestros días.
Resulta además especialmente importante el momento histórico en que se constituyó la Teosofía de Blavastsky. Precisamente en ese final de siglo XIX se organiza el movimiento espiritista kardecquiano, se instaura la investigación metapsíquica que terminará en la moderna parapsicología científica, se establecen las bases del psicoanálisis freudiano y junguiano, etc.
De todos los conceptos hinduistas popularizados por la Teosofía, uno de los pocos que podría ser bien visto por las otras escuelas filosóficas contemporáneas a ella es precisamente el de los "Archivos Akáshicos".
Según el esoterismo popular de la época, y también el actual, todas las experiencias, acontecimientos históricos, sentimientos y sensaciones que protagonizamos los seres vivos permanecen archivados en un lugar, ajeno al espacio y tiempo. Lejos de disolverse y desaparecer inmediatamente después de haberse producido, como pretende nuestro conocimiento de la física, todos los acontecimientos del pasado permanecen almacenados en los "Registros Akáshicos".
A mediados del siglo veinte el concepto de los "Archivos Akáshicos" fue relanzado ente los esoteristas a través de las obras del polémico T. Lonsang Rampa, autor de "El Tercer Ojo", "La Túnica Azafrán", y otros muchos libros que conmocionaron a la juventud de los años 60. Lonsang Rampa resultó ser el hijo de un fontanero inglés que jamás había estado en el Tibet, sin embargo sus enseñanzas abrieron los ojos a miles de occidentales hacia el conocimiento oriental.
Lonsang Rampa, y otros muchos esoteristas identifican "Akasha", la sustancia primordial de los "Archivos Akáshicos", con el "éter de gafiro" de los cabalistas, la "luz astral" de los ocultistas, o el "éter reflector" de los rosacruces.
Jintróh Varmachaka, por ejemplo, define "Akasha" como "la materia primordial viva por el soplo o espíritu de Dios".
"Los Archivos Akáshicos", como muchos otros conceptos esotéricos, tendría una ubicación macrocósmica y otra equivalente microcòspica.
Según Pierre A. Riffard, el "Archivo Akáshico" es el "espacio simbólico, de éter, situado macroscópicamente en el empíreo ("Cielo de los Bienaventurados" o parte más elevada del los cielos habitada por los dioses) y microscópicamente en el ventrículo izquierdo del corazón, espacio donde se inscriben todas las palabras, acciones y pensamientos del hombre, de todos los seres y sucesos del mundo. Este espacio, este espejo mágico puede ser leído por los iniciados".
Partiendo de este planteamiento, la literatura védica, tan utilizada en su día por Blavatsky, ofrece numerosos ejemplos identificables con los "Archivos Akáshicos". En la Brhad Aranyaka Upanisad (IV, 4) por ejemplo, datado en el siglo IV antes de J.C., leemos: "Este gran atman increado es, entre los espíritus vitales, el depositario del conocimiento. En el espacio (âkâsha) que está en el interior del corazón, allí es donde mora".
Esta concepción de los "Archivos Akáshicos" no limitaría el mítico registro del tiempo a un lugar de infinito, cien que tendría un equivalente en nuestra propia "anatomía oculta", lo que convertiría su consulta en algo mucho más accesible, tal y como pretenden algunas escuelas esotéricas contemporáneas.
Para algunas corrientes esotéricas, como los movimientos neo-gnósticos (inspirados por Samael Awn Wor) el adceso a los "Archivos Akáshicos" es factible una vez conseguido el "viaje astral consciente". (Ver "Viaje Astral o Viaje Mental" en este mismo monográfico).
Sin embargo, en lugar de pretender un viaje físico fuera del cuerpo, hacia un lugar determinado en otras pretendidas dimensiones, para acceder a los secretos de los "Archivos Akáshicos" otras corrientes abogan por la meditación y la exploración interior. En este sentido incluso la parapsicología científica puede identificarse con el concepto de "Archivo Akáshico" definiéndolo como un fenómeno de pantomnesía (propuesto por el premio Nobel Charles Richet).
Más recientemente el biólogo inglés Rupert Sheldrake expuso su teoría de la resonancia mórfica (ver en este mismo monográfico "Los Campos Morfogenéticos"), según la cual toda experiencia de un individuo influye en el colectivo, y según la cual toda experiencia del pasado puede manifestarse en el presente. Muchos esoteristas ha querido ver en las hipótesis morgofenéticas de Sheldrake la confirmación científica de lo que durante años los esoteristas llamaron "Archivos Akáshicos". Algo que ya anteriormente habían intentado al pretender relacionar la hipótesis del los Arquetipos de lo Inconsciente Colectivo de Carl Gustav Jung (ver en este mismo monográfico) con los legendarios "Registros Akáshicos".
Independientemente de que Sheldrake, Jung o cualquier otro pudiesen o no elaborar una hipótesis científica identificable con los "Archivos Akáshicos" este concepto es imprescindible para comprender, de forma medianamente razonable, muchos de los fenómenos que se producen en el esoterismo de todos los tiempos, y actualmente en la parapsicología científica.