Manuel Carballal con el General Angel Bastida,
primer responsable militar de la desclasificación OVNI
Durante esos años, en los que el “who is who” ufológico del Ministerio de Defensa crecía, la comunidad ufológica española se fue polarizando en dos grandes tendencias. Por un lado la llamada “ufología de campo”, liderada por Juan José Benítez, y aparentemente más crítica con la actitud militar ante el fenómeno OVNI. Por otro la llamada “ufología científica”, liderada por Vicente Juan Ballester Olmos, defensora de la “versión oficial” sobre los archivos OVNI militares. Es imposible revisar la historia de la desclasificación OVNI en España, y de la relación de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y los No Identificados, eludiendo el protagonismo que, para bien o para mal, Benítez y Ballester han tenido en esta historia. Un enfrentamiento que se recrudeció a partir de 1977, año en que, por primera vez, trascendían a la opinión publica española una serie de informes y expedientes oficiales sobre OVNIs, redactados por el ejército español.
En marzo de ese año la editorial Plaza y Janés publicaba el libro “OVNIs: Documentos oficiales del gobierno español”, de J. J. Benítez. Ese libro convulsionó a los responsables, en aquel momento, del archivo OVNI del ejército español, y marcó un antes y un después en la relación entre ufólogos y militares en España. Según varios informes realizados sobre Benítez en el Ejercito del Aire, la publicación de los 12 expedientes OVNI que el General Felipe Galarza, en aquel entonces Jefe del Estado Mayor del Aire (JEMA), le entregó el 26 de octubre de 1976, desató la cólera entre los mandos del Ejército del Aire, y sería la causa –o quizás la justificación- para renovar la clasificación de Materia Reservada sobre la información OVNI a partir de entonces.
A pesar de las pretensiones del MEO (Movimiento Escéptico Organizado), sólo un ingenuo creería que a Benitez se le entregaron 12 expedientes OVNI con la intención de que los conservase cariñosamente en un cajón de su escritorio y no fuesen publicados… Basta examinar el documento que hicieron firmar a Benítez en la entrega de dichos expedientes, y que nunca había sido publicado, para sentir ciertas sospechas sobre las verdaderas intenciones de los militares. Se le pide que no publique la identidad de los militares implicados, ni de su fuente en el Ejército del Aire, pero no que no publique los expedientes…
Pese a ello, y según revela la información interna que sólo ahora ha llegado a nuestro poder, la publicación de aquellos 12 expedientes “de forma sensacionalista y comercial” según los autores de dichos informes, desató las iras de la cúpula militar y justificó el secretismo oficial. O al menos esta fue la versión que durante los últimos 30 años vendieron a Ballester Olmos y la corriente ufológica que representa. Y dicha corriente, a su vez, fue el altavoz que lanzó al mundo esa información: Benitez es el culpable de que los OVNIs sean materia reservada. Esa fue uno de los muchos servicios que Ballester Olmos prestó al Ejército del Aire, a cambio de un tratamiento privilegiado a la hora de acceder a los expedientes OVNI que todos los ufólogos ansiábamos. Y fruto de ese tratamiento privilegiado, exactamente igual que había ocurrido con Benítez, años después Ballester publicaría “Expedientes Insólitos”.
Lo cierto es que Benítez también se lo puso fácil a Ballester, con su forma más apasionada y radical de investigar. En Mayo de 1992, según relata el Comandante R. A., “un periódico alicantino solicito permiso para que un redactor y un fotógrafo visitasen el EVA-5 para redactar un artículo. Durante la visita los oficiales se mosquearon porque el fotógrafo, que iba con gabardina, gafas negras, etc, no hacía mas que preguntar a los radaristas cosas sobre OVNIs... al pedirle su identificación resultó ser el famoso J. J. Benítez, y cabreados por el engaño fueron expulsados…”. Yo he hecho lo mismo en alguna ocasión, sólo que a mi me confiscaron las cámaras…
Benítez versus Ballester Olmos
Sólo ahora, después de acceder a docenas de informes y documentos internos no desclasificados todavía, gracias a nuestras fuentes, podemos reconstruir la historia no contada de la desclasificación OVNI en España. Desgraciadamente no hay espacio para relatar las interpelaciones que varios diputados del PSOE, PP, Izquierda Unida, etc, han presentado en el parlamento a causa del fenómeno OVNI, ni tampoco la intervención del Rey de España, a petición del CEI (una conocida asociación ufológica), para apoyar dicha desclasificación, ni el papel del CNI (anterior CESID) en esta historia, etc.
Tampoco hay espacio para relatar los cismas producidos en el seno del servicio de inteligencia del Ejercito del Aire ante el archivo OVNI, ni la fundación espontánea de un colectivo de oficiales, con acceso a los expedientes originales que, escépticos con la versión oficial, han realizado valoraciones muy distintas a las publicadas por Defensa, sobre los casos OVNI más importantes.
Pero si es importante tener presente que Vicente Juan Ballester Olmos y Joan Plana Crivillen, en representación del CEI, fueron “adoptados” por el Ejercito del Aire, manteniendo con una relación tan estrecha con los militares como Benítez, o más. Sin embargo, mientras ante Ballester y Plana, el Ejército del Aire se mostraba profundamente molesto por las continuas declaraciones de J. J. Benítez contra el proceso de desclasificación, los militares continuaban recibiendo al navarro en el Estado Mayor del Ejercito del Aire, colaborando con él e incluso, enviando a Angel Bastida, de forma forzosa, al curso de verano organizado por Benítez, en representación oficial, instigado directamente por Emilio Alonso Manglano, entonces Director General del CESID. ¿No resulta incoherente? Y es sólo un ejemplo. Durante años los militares colaboraban simultáneamente con Ballester y Benítez, al mismo tiempo que fomentaban su enemistad criticando el comportamiento del uno y el otro respectivamente. ¿Se trataba de mantener la desunión entre los investigadores?
En enero de 1996, según mi fuente, varios mando del Ejercito del Aire visionaron el video con la conferencia de Benítez en el homenaje a Andreas Faber Kaiser celebrado en verano del 95, donde el navarro atacaba sin piedad la desclasificación OVNI. Probablemente este fue el punto de inflexión que marco la ruptura definitiva entre el MOA y Benitez, o al menos eso se deduce de los fuertes comentarios sobre el navarro que se escucharon en aquella reunión, según mi fuente. Pero para entonces Ballester ya había intentado consolidar su relación con el Ejercito del Aire presentando un “contrato laboral” o “convenio de colaboración” con Defensa, para oficializar su relación con los militares, en calidad de asesor.
Tuve la primera prueba de la existencia de dicho contrato hace más de 15 años, cuando pude hacerme con un expediente (todavía no desclasificado) de la Guardia Civil sobre un interesante caso OVNI, en el que se incluía una carta firmada por Ballester Olmos, y dirigida al General Quintiliano Pérez, en septiembre de 1992, donde el mismo Ballester mencionaba la inminente firma de un “pre-contrato laboral” con el Ejercito del Aire. He tardado 15 años en conseguir dicho precontrato. Un documento de 4 páginas en el que Ballester pretendía un compromiso de exclusividad entre los militares y el CEI, para que dicha asociación pudiese valorar los expedientes OVNI oficiales antes de que fuesen desclasificados. El contrato no contempla ninguna remuneración económica por dichos servicios, justo es reconocerlo. Aunque visto el éxito comercial de los libros de Benitez, tampoco sería necesario…
El verano de 2008 llegaban a nuestro poder nuevos documentos no desclasificados, como un informe de la asesoría jurídica del Ejército del Aire, firmado por General Asesor Jurídico Jaime Chavarri el 18 de septiembre del 92, analizando en detalle el precontrato presentado por Ballester, y desaconsejando al Ejercito del Aire su firma. En otros documentos a los que hemos podido acceder aun más recientemente, como una carta de Jefe del Estado Mayor Ramón Fernández Sequeiros al Comandante en Jefe del MOA Alfredo Chamorro Chapinal, los más altos mandos del Ejército del Aire también desaconsejaban la firma de dicho contrato. Así que el compromiso por escrito entre Ballester y Defensa nunca llego a firmarse.
Pese a ello Ballester comandó un equipo de asesores, entre ellos varios miembros del MEO, que juzgaban y valoraban cada expediente OVNI antes de ser desclasificado. Me consta que dedicaron mucho tiempo y mucho dinero a dicha labor. Pero, pese a ello, en noviembre de 1998 el CEI hace unas declaraciones a la prensa, sobre la participación de sus representantes Ballester y Plana, en el proceso de desclasificación OVNI, mencionando incluso el acuerdo informal de colaboración CEI-MOA. La reacción del Ejercito del Aire no se hizo esperar. El Teniente Coronel Rocamora, entonces responsable del archivo OVNI emitió un comunicado renegando del CEI, Ballester, Plana y demás colaboradores, y negando la existencia de ningún asesor externo al ejército en la desclasificación. Aquello produjo una auténtica catarsis dentro del CEI. A pesar de que existen docenas de documentos que prueban irrefutablemente esta colaboración, los militares habían renegado de los ufólogos, una vez más, después de haberlos utilizado durante más de seis años...