La soberanía católica que durante siglos ha controlado la vida religiosa (y en buena medida política y económica) de los países mayas viene sufriendo desde el final del siglo pasado una creciente perdida de poder sobre la sociedad indígena. Sin embargo, a medida que el catolicismo perdía creyentes, el protestantismo los ganaba.
Son innumerables las iglesias evangélicas, pentecostales, bautistas, adventistas, etc, que acaparan la oferta religiosa tanto en Centro como en Sudamérica. En nuestro viaje pudimos comprobar como en algunos pueblos pequeños existen iglesias protestantes en casi todas las manzanas. El número de capillas, santuarios y recintos religiosos es absolutamente insólito.
Son innumerables las iglesias evangélicas, pentecostales, bautistas, adventistas, etc, que acaparan la oferta religiosa tanto en Centro como en Sudamérica. En nuestro viaje pudimos comprobar como en algunos pueblos pequeños existen iglesias protestantes en casi todas las manzanas. El número de capillas, santuarios y recintos religiosos es absolutamente insólito.
La mayoría son pequeños barracones presididos por un gran letrero con alguna leyenda bíblica, pero muestran el extraordinario avance del protestantismo en el continente americano. Probablemente una de las razones de estas abundantes conversiones del catolicismo al protestantismo estribe en que esa segunda oferta religiosa es mucho más fenomenológica. Los pastores protestantes, salvo honrosas excepciones, aceptan con mucha más facilidad las “curaciones milagrosas”, las “posesiones diabólicas”, y demás milagrería religiosas, que despierta una especial empatía en la cultura indígena, mas afín a esta oferta fenomenológica, que a complejas disquisiciones teológicas.
En un coche aparcado frente a una de esas iglesias pudimos leer una pegatina que resume perfectamente ese sentimiento religioso: “Cristo no ha muerto, yo hable con él esta mañana”.
Pero, pesa a la ingente e imparable proliferación de las iglesias protestantes, y las sectas de todo tipo, que han colapsado el Mundo Maya en los últimos años, con la llegada del fin de milenio se ha disparado también la reivindicación de la religión tradicional maya entre muchos grupos centroamericanos.
El movimiento New Age internacional, que ha encontrado en estos países centroamericanos (y también sudamericanos), fuente de inspiración inagotable, ha fomentado la aparición de sectas y grupos tradicionalistas que proclaman el culto a Quetzalcoátl y Kukulcan (la Serpiente Emplumada, divinidad maya de gran trascendencia). En este sentido, la viejas profecías mayas que auguran un Fin del Mundo para el año 2012, han sido interpretadas por muchos de estos grupos –y por algunos estudiosos como Maurice Cotterell- como el augurio de un retorno de los dioses, encabezados por La Serpiente Emplumada.
Las estelas y grabados arqueológicos de Palenque, Chichén Itzá o Tikal, parecen contener esas inquietante profecías. Sin embargo, sin entrar a cuestionar la validez o no de tan siniestros augurios, lo cierto es que, cada vez más, la religión tradicional de los mayas comienza a salir de las cuevas y cavernas que pudimos visitar en diferentes puntos de Centroamérica, donde los chamanes y sacerdotes mayas la han mantenido de padres a hijos durante generaciones. Divinidades como el simpático Maximón, a quien presentamos nuestros respetos en su santuario de Santiago de Atitlán, o los siniestros dioses mayas de la muerte y la guerra, a quienes se sacrificaron miles de personas en Copán, Tikal, Palenque, etc, parecen resurgir de sus cenizas en el fin de milenio, reivindicando un culto que ya existía siglos antes de la llegada del cristianismo a América.
Y, por si quedase alguna duda de esta resurrección cultural del Mundo Maya, hasta el próximo 16 de mayo se celebra en el Palacio Grassi de Venecia la mayor exposición sobre los mayas realizada jamás en la historia.
Mas de 600 piezas originales han sido trasladadas hasta la sede cultural de Fiat en Venecia desde 40 centros culturales de todo el mundo; colecciones privadas y museos como el Museo Británico, el de Berlín, el de Colonia y sobretodo el Museo Nacional de Antropología de México, que ha facilitado 120 piezas de su Sala Maya para esa exposición inédita. Otros muchos museos locales y periféricos también han aportado piezas de extraordinario valor que convierten esta muestra maya en la más importante de la historia.
Tal y como apunta en un comunicado la dirección de actividades culturales del Palazzo Grassi, no solo nunca antes se había podido contemplar tal cantidad y calidad de piezas arqueológicas de la cultura maya, sino que tal vez no pueda volver a verse jamás (al menos en los próximos 30 años), debido a las dificultades de disponibilidad de los diferentes museos y colecciones privadas a los que pertenecen las piezas.
En esta monumental muestra maya, que refuerza la resurrección de esta cultura en 1999, se incluyen algunos de los más recientes hallazgos arqueológicos, descubiertos en todo el Mundo Maya en los últimos 30 años, como la recién descubierta estela 40 de Tikal (en Guatemala), que ha sido ya totalmente leída por los epigrafistas. Encontrada en la Acrópolis Norte de dicha capital maya, fue dedicada el 20 de Junio del años 468 después de Cristo por el gobernante K`an Ak (Jabalí amarillo).
La presente colosal exposición maya de Venecia es solo el inicio. En el año 2000 los viejos dioses mayas prometen salir del olvido y resucitar con todo el esplendor y gloria con que dominaron uno de los pueblos más fascinante, enigmático y desarrollado de la historia, hasta su misteriosa e incomprensible desaparición. Un enigma que, todavía hoy, espera solución.